El espíritu de Eneas Perdomo canta, no espanta

El comandante Hugo Chávez le rindió homenaje cada vez que pudo.


Perdomo falleció en febrero de 2011 y el comandante le impuso la Orden de los Libertadores de Venezuela. “Eso has sido tú: un Libertador para Venezuela”.

 

01/03/2023.- Su esencia recorre a diario ese espacio mágico del llano venezolano, no como los espantos caprichosos empeñados en asustar gente, sino como melodías y voces que resuenan en la sabana. Eneas Perdomo consagró su vida a cantarle a esos rincones de la extensa geografía apureña y sus icónicas obras se han convertido en himnos de los pueblos de esa vasta tierra.

Perdomo nació en El Yagual, en el Bajo Apure, en 1936. Alrededor de los doce años de edad, la familia se mudó a Mantecal. Allí aprendió el trabajo del campo: montar a caballo, cuidar el ganado y crear coplas para participar en bailes que duran hasta dos o tres días.

Quienes creen en otros planos de la existencia y en que los amigos se reencuentran en ellos, estarán convencidos de que en ese otro llano celestial, el formidable artista ha de pasársela con el llanero Hugo Chávez, quien lo nombró comandante en jefe del canto venezolano y también lo llamó: "El cantor del Arauca y sus barrancos".

Chávez honró a Perdomo con una devoción de hijo. Siempre estaba en sus discursos y en sus cantos. En 2006 promovió un homenaje nacional al cultor apureño y un par de años antes, en un célebre Aló presidente se fajó a cantar con él en presencia de varios grandes de la música venezolana, como el compositor Valentín Carucí y con el acompañamiento de un conjunto capitaneado por otro titán del género llanero, el arpista Cándido Herrera.

Perdomo falleció en febrero de 2011, y el comandante le impuso la Orden de los Libertadores de Venezuela en el acto fúnebre. “Eso has sido tú: un Libertador para Venezuela”, expresó Chávez.

Conocer su música es conocer la cultura llanera.

 

Conocer la música de Eneas Perdomo puede ser incluso una manera de estudiar la geografía, la historia, la botánica y la zoología llanera.

El oyente-estudiante puede comenzar la lección en las Barrancas de Arauca, hermosa tierra llanera, transitar por los caminos de la sabana, prestar atención al susurrar las palmas, que juguetean con el viento como novios que se aman. Si es marzo, corresponde pasar por las fiestas patronales de San José de Elorza y si coincide con Semana Santa, a las de Achaguas, donde muchachas color de rosa, invitan para el romance, para luego estar en la procesión del Nazareno.

En los esteros, el viajero musical encontrará garzas pensativas, conocerá pescadores del río Apure con alma sincera y buena, que se duermen con la playa y se arropan con la arena, escuchando matracas, gaviotas y morenas; dialogará con hombres que van en sus curiaras como la cotúa, siguiendo la ribazón, con palanca y canalete, con anzuelo y con arpón.

En una clase melódica de hidrografía, podrá entender cómo el río Apure recibe en su seno las aguas del Uribante, procedentes de las alturas tachirenses: “La tierra estaba sangrando / lloraban los manantiales / y el agua nació entonando / bonitos cantos fluviales. / Luego el sol agonizante / con sus rayos misteriosos / bautizó tu talle hermoso, riberas del Uribante”.

Hasta algo de astronomía puede encontrarse en las letras que cantó Perdomo. Por ejemplo, cuando entona los siguientes versos: “La sabana se ensortija / las cabrillas se enluceran / y en tus ondas se cobija / la hermosa luna llanera”. Una somera investigación le permitirá al no llanero saber que las cabrillas son las estrellas más pequeñas del cielo sabanero.

Apureño hasta los tuétanos, Perdomo no se limitó a los confines de su estado. También le cantó a las otras entidades llaneras, como Guárico y, por supuesto, a la Linda Barinas: paisaje de ensoñación que me ha regalado Dios frente a las cumbres andinas (…) Caminos de palma y sol cuando se pintan tan linda / allá entre las tardes / y se embellece el paisaje / pinceles de un arrebol

El cronista de San Fernando de Apure, Argenis Méndez Echenique, asegura que los temas favoritos de Perdomo eran Ondas del Arauca y Palma Sola, pero el público siempre le pedía interpretar números legendarios como Fiesta en Elorza, Adiós barrancas de Arauca y Semana Santa en Achaguas.

Perdomo grabó más de 40 discos en una carrera que comenzó en los años 50 con el pasaje Soga de pecho llanero. Sus comienzos fueron al lado de otro astro del canto llanero: Ignacio “el Indio” Figueredo.

Él había pedido, en uno de sus más célebres versos, que cuando muriera no lo lloraran y que lo enterraran en Arauca, a la sombra de un matapalo, para que la espuma del río trajera recuerdos lejanos. Cuando partió, sin embargo, nada pudo impedir que el llano entero lo llorara, junto al resto del país.

No fue sepultado en las orillas del Arauca, sino en otra localidad del gran llano venezolano, San Juan de los Morros. Su espíritu, desde entonces, anda por todos esos parajes, en su propia voz, como en su tema El coplero errante, que dice: “Yo soy el coplero errante con el cuatro parrandero / Con mi fiesta en Elorza, testimonio de mi sendero / Con mis paisajes apureños, con mis Queseras del Medio / Con la marcha de Páez le canté a ese gran lancero / Al pescador del Apure, al carrao y a los tranqueros / A las riberas de Arauca, a Achaguas y el Nazareno / Al Cristo de la sabana que ilumina a los copleros / Estoy llorando tu ausencia cambiando los cancioneros / Ondas del Capanaparo al yaruro canoero / De camino hacia San Fernando voy saludando a mi pueblo”.

Chávez, el hijo devoto, lo llamó leyenda viviente, además de Libertador, comandante en jefe del canto llanero y cantor del Arauca y sus barrancos. Veguero al fin, echó el cuento de un verso que surgió en complicidad con un personaje definitivamente mítico: “Cuando vayas por Elorza / no pasemos por el puente, / pasemos por la chalana, / con (Eneas Perdomo) la leyenda viviente”.

El amor en las barrancas

Además de los aspectos geográficos, históricos y de la naturaleza llanera, las trovas de Eneas Perdomo enseñan del temperamento y la pasión de la gente del llano. Algunos de esos temas están dirigidos a los amores venturosos y otros, a los amores rotos.

Aflora la atracción sentimental y carnal, siempre asociada a lo telúrico, al imponente paisaje en el que esas emociones surgen.

“Mi corazón va llorando por una herida que lleva, / es una mujer que adoro y olvidarla no quisiera. / Fueron causas del destino que de su lado me fuera, / mi alma va triste y llorosa, al ver lo que se me queda”, reza el número Barrancas de Arauca.

Al pasar por el estero / vi una garza pensativa / Y me uní a sus sentimientos / para hablar de tu partida // Solo me queda el recuerdo / del adiós de tu pañuelo / Y me dejaste llorando, mujer ingrata / con llanura, palma y cielo”, relata el tema de Pedro Emilio Sánchez Cuando te vas, uno de los más notables de la prolífica discografía del cantor.

También para los amores fugaces tuvo Perdomo algunas rimas: “En el palmar del olvido se me perdió tu figura / y contempló tu hermosura, el llano que fue testigo/ Fue un romance pasajero / donde los dos nos perdimos / y entre sabana y camino, verdad, mi vida / se nos marchitó el ‘te quiero’ // Así se me fue tu amor, cuando yo menos pensaba / y aunque mucho te adoraba, mujer divina / Yo no te guardo rencor”.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS


Noticias Relacionadas