Comentarios noticiables | Cristina, salvada por un ángel de la guarda
Un típico caso de terrorismo
El frustrado atentado a la vicepresidenta de la República Argentina y presidenta del Senado de esa nación suramericana, Cristina Fernández de Kirchner, constituye un típico caso de terrorismo. En ese acontecer, Fernando André Sabag Montiel, de 31 años, de nacionalidad brasileña, autor del frustrado intento de magnicidio, consiguió inspirar el miedo a los seguidores de la vicepresidenta argentina, que guardaban vigilia en la cercanía de su residencia en respaldo contra el asedio a que ha sido sometida por la justicia argentina, para quien pide 12 años de cárcel por supuestos actos de corrupción.
El joven brasileño pudo infiltrarse entre los seguidores de la vicepresidenta argentina cuando ella llegaba a su casa en el barrio de La Recolecta. Mientras Cristina saludaba a sus seguidores, siendo las 21:00, hora local del jueves 1 de septiembre de 2022, Fernando le apuntó a la cabeza con una pistola cargada, con la idea de agredir su integridad craneana; al disparar el arma de fuego se le encasquilló. Cristina, de milagro, salvó la vida. Al decir de los católicos, fue salvada por un ángel de la guarda.
Argentina es un país que se ha desarrollado en el curso de su tormentosa historia, golpes de Estados, dictaduras militares, guerra territorial por liberar las islas de las Malvinas, desaparecidos políticos, etc., han sido genuinos productos del culto al fascismo y de la violencia oligárquica.
Por cierto, basta recordar el caso del atentado a la Asociación Mutual Israelista Argentina (AMIA), el 18 de julio de 1994, a las 9:53 a. m., donde murieron 85 personas y 151 resultaron gravemente heridas; no todos fueron judíos, también habían de otras religiones; ese crimen equivocadamente se lo imputaron a la República Islámica de Irán, sin investigaciones judiciales previas. Hoy todavía no se conocen los nombres de los verdaderos autores de ese crimen, los encubridores no quieren o no pueden revelar la verdad.
Aquí en Venezuela, el intento de magnicidio al presidente venezolano, Nicolás Maduro, el 4 de agosto de 2018, en la avenida Bolívar de Caracas, demostró que los atentados contra figuras públicas están ahí en las calles de nuestras grandes ciudades de Latinoamérica. A Buenos Aires, la capital de Argentina, le tocó revivir en esta oportunidad el terrorismo político en la persona de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, fruto del resultado de una filosofía anterior de odio, carente de realismo y espíritu de solidaridad constructiva.
El pueblo argentino pide a su presidente, Alberto Fernández, que aquello que vieron en televisión el jueves 1 de septiembre de 2022 no debe hacerse realidad nunca.