Aló Presidente, arma clave en la guerra mediática
El programa dominical se convirtió en un fenómeno comunicacional
22/05/24.- Poco tardó el comandante Hugo Chávez Frías en comprender que, desde el punto de vista mediático, estaba como el coronel Aureliano Buendía: ante un pelotón de fusilamiento. Corrían apenas los primeros meses de su mandato cuando quedó claro que casi toda la maquinaria comunicacional privada del país le estaba declarando la guerra.
Una de sus primeras reacciones defensivas fueron las cadenas de radio y televisión, mediante las cuales buscaba contrarrestar las matrices de opinión lanzadas por el aparato mediático.
El desbalance en materia de comunicaciones masivas era descomunal. Del lado de la derecha desplazada del poder político había centenares de periódicos y revistas, emisoras de radio, canales de televisión, agencias de noticias y medios extranjeros. En el campo gubernamental, apenas si se contaba con Venezolana de Televisión (VTV), la cadena de emisoras Mundial, Radio Nacional de Venezuela (RNV) y un puñado de medios alternativos y comunitarios.
Pronto, Chávez se convenció de que era necesario algo más que las cadenas. Como buen provinciano, le tenía mucha fe a la radio, medio caracterizado por su capacidad de llegar hasta rincones del territorio donde no lo hace la prensa ni la TV.
“Lo que llevó a la creación de Aló Presidente fue el hecho de que la inmensa mayoría de los medios de comunicación estaban alineados en la estrategia de derrocar al gobierno. Se le concibió como una trinchera desde la cual el presidente se iba a defender de esa acción coordinada para explicar sus políticas y su gestión —afirma el periodista Martín Pacheco—. Pese a la arremetida mediática, la gran barrera de contención fue el carisma, el conocimiento, el dominio de la escena que tenía el presidente, un comunicador natural envidiable”.
Pese a estar en la cúspide del Poder Ejecutivo, el primer equipo tuvo mucho de guerrilla comunicacional, de trabajo con las uñas y algo de improvisación en medio de una experiencia inédita. En el grupo estuvieron Teresa Maniglia, Freddy Balzán y Juan Barreto, además de Pacheco, que era director de Información de la Presidencia.
Este grupo de avezados periodistas tenía la responsabilidad de recabar toda la información publicada, los resúmenes de prensa y las apreciaciones sobre el clima mediático, pero el jefe del Estado tenía varios otros canales de información, entre ellos, naturalmente, los de inteligencia.
Aquel domingo 23 de mayo de 1999, el primer programa salió al aire pasadas las 11 de la mañana, dando inicio a lo que sería un genuino fenómeno comunicacional. Anteriores presidentes, como Rafael Caldera en su primer mandato y Luis Herrera Campíns (que era periodista colegiado) tuvieron sus espacios de radio y televisión, pero ninguno alcanzó, ni de lejos, la magnitud de Aló Presidente, que se perfiló durante más de una década como un arma clave en la guerra mediática.
Volvamos al relato de Pacheco: “Lo más llamativo de esas primeras emisiones fue la cantidad de gente que se arremolinaba a la entrada de Radio Nacional para entregarle cartas, documentos y papelitos, para verlo, hablar con él y, de ser posible, darle un abrazo. Él llegaba en su caravana, se bajaba del vehículo y tenía que entrar espantando gente de lado y lado. Era como si fuese un mitin político. Cuando terminaba el programa volvía a pasar lo mismo, ahora con más gente todavía frente a las puertas de la emisora. Después de las primeras semanas, fue necesario instalar una tarima allí para que el presidente se dirigiera a los presentes”.
Para referencia de quienes no lo sepan, la sede de RNV está ubicada en una calle que une al popular barrio Chapellín con el Caracas Country Club. Demás está decir que los vecinos de esta última urbanización, enclave de la oligarquía capitalina, nunca habían imaginado que en sus predios se armaran semejantes tumultos.
La ciudadanía agarró dato sobre dónde llegarle de manera directa al presidente, así que el asunto se fue saliendo de madre. Se designó a un grupo de colaboradores para recibir las cartas y mensajes. Para procesar esa gran cantidad de material, en Miraflores se estableció un equipo integrado por varias secretarias, pero quedó en evidencia que era casi imposible darles respuesta a toda esa gran cantidad de papeles, pues estamos hablando de grandes bolsas llenas de cartas, informes médicos y otros recaudos. El equipo no se daba abasto ni siquiera cuando se le asignó la tarea a un batallón de militares.
El formato inicial y sus variaciones
Los moderadores del programa, quienes acompañaban en la cabina al comandante, eran Balzán y Barreto. El formato inicial era que el presidente atendiera directamente las llamadas de las personas. Pero muy pronto se hizo evidente que bajo esa modalidad solo podrían procesarse unos pocos casos porque en cada respuesta, Chávez se tomaba entre 30 minutos y una hora o más. Así que solo salían al aire cuatro o cinco llamadas, mientras la central telefónica de RNV se reventaba.
Más temprano que tarde surgió la propuesta de hacer un programa similar, pero en televisión. Cuando se dio este paso, la moderadora fue Mari Pili Hernández. Inicialmente, era los jueves en la noche, desde el estudio gigante de VTV, pero luego se unificó con el de radio, en su horario dominical, con participación de otras televisoras y emisoras como YVKE Mundial y muchas regionales y alternativas. “Incluso, algunas radios comerciales se adherían sin necesidad de que hubiese cadena nacional porque era un programa muy escuchado —rememora Pacheco, con ostensible nostalgia—. La primera transmisión conjunta de radio y TV fue el 27 de agosto de 2000, creo que en la emisión número 40”.
Un maratón semanal
Al transformarse en programa de televisión, fue necesario disponer de más talento y recursos técnicos. En su etapa de madurez, el espacio contó con un equipo de Producción y trabajo de campo, lo que permitió llevarlo a diferentes ciudades y pueblos del país. Llegó a transmitirse en vivo desde lugares muy remotos de la geografía nacional y también desde el exterior.
“Fue una bella experiencia, uno de los programas más oídos en la historia mundial de la radio. Fue un ejemplo de buen periodismo a cargo de un periodista práctico como llegó a ser Chávez. Se comunicaba con el pueblo, daba soluciones a los problemas de la comunidad, lanzaba líneas políticas y llamaba la atención de funcionarios que estuvieran fallando en sus gestiones. Públicamente, regañaba a cualquiera”, añadió Pacheco.
Entre los aspectos resaltantes estuvo siempre la duración del programa, que comenzaba a golpe de 11 de la mañana y no se sabía cuándo terminaría, pues dependía por entero de un ser que, por naturaleza, era infatigable. En 2007, el comandante se ufanó de haber establecido un nuevo récord, con 7 horas 40 minutos al aire. Según quienes han hecho los cálculos, el promedio de los más de trescientas setenta emisiones, fue superior a 6 horas.
Aló Presidente se emitió hasta enero de 2012. Luego de eso, el comandante tuvo que enfocarse en la lucha contra la enfermedad que lo aquejaba y en la campaña electoral que le condujo a su última victoria, en octubre de ese año.
CLODOVALDO HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS