Memorias de un escuálido en decadencia | Derrota

24/05/2024.- ¡Nos derrotaron en La Victoria! Carajo, Aragua lloraba que daba pena. Desde que Andrés Velásquez subió a la tarima, la gente presintió en el aire la tristeza y el fracaso total. Pero la vaina fue peor cuando, sin saber cómo ni cuándo, también subió a la tarima Delsa Solórzano, y aquello ya no tuvo remedio. ¡Nos derrotaron! Y seguro que no fue verdad, pero cuando unos compañeros cargaron al candidato de nosotros, y de Estados Unidos, para subirlo a la tarima, dijeron que le habían robado la cartera, pero parece que eso fue un rumor de un chavista que infiltró la dictadura para joder. Porque para eso es para lo único que sirve la gente de la dictadura, para joder. También nos jodieron porque metieron un gentío en la marcha que hicieron ahí, en Aragua, con el hombre del garrote, para después salir a comparar fotos y darnos hasta con el tobo de la basura. El discurso que leyó el candidato nuestro, y de Estados Unidos, dicen que lo escribió el compañero Carlos —Reforma del Estado— Blanco, porque, es cierto, Edmundo tiene que leer, porque decir una frase con su sujeto, verbo y predicado le cuesta una bola, y si le ponen un complemento directo se jode la carreta. Después de esa derrota, lo que nos quedó fue hacernos los bolsas, para ver si ese mal tiempo pasaba, porque todo pasa y todo queda.

Pero la derrota fue más grande cuando el martes se presentó Henry —Espoleta— Allup con Edgar Zambrano a darle el apoyo al candidato nuestro y de Estados Unidos. Aquello fue la guinda de la torta. En el Colegio de Ingenieros fue la vaina. Parece que Espoleta Allup no quería decirle nada a la niña mimada del Country Club, pero ella lo supo y se presentó también ahí, y aquello era un espectáculo de caras largas. Espoleta Allup no fue a La Victoria porque ya sabía que nos iban a derrotar; por eso, prefirió ir solo a la reunión con el candidato de papel, porque así no tenía que llevar gente, sino a su secretario privado, Ángel Zambrano. Lo único que tiene que ofrecer Espoleta Allup son los cinco motores que ya no le sirven para un carajo. Y cuando los miembros de LGBTI vieron a Espoleta Allup y a Ángel Zambrano que estaban apoyando a nuestro hombre, salieron ellos también a apoyarlo, y así vamos sumando gente al parrandón. Derrotados, pero con gente que cree en nosotros, que es lo más importante y definitivo.

Lo que pasa también es que la gente que nos está apoyando, a muchos parece que les da como pena la vaina, y hay otros que se zumban sin que nadie los esté llamando. Allí está, por ejemplo, el compañero Enrique —Embajada— Radonski. Sin que nadie le esté pidiendo su opinión, él sale a hablar paja para quitarnos votos, y dice que tiene experiencia como candidato, pero no se atreve a decir que tiene experiencia como derrotado. Está como María Bolívar, para que le den una ayudaíta y quedarse en su casa. Pero él insiste. Está buscando un puesto en el gobierno del compañero Edmundo, pero, lamentándolo mucho, como que le va a costar una bola y parte de otra. Ahora que sufrimos esta derrota en La Victoria, tenemos que estar unidos y presentarnos agarrados de las manos, como cantaba y canta el compañero José Luis. Porque hay que ayudar mucho al compañero Edmundo, para que la gente no salga a decir lo que dijo por ahí un pasquín que llaman El Especulador Precoz: "El afiche comunica más que el candidato", y no es por nada, pero esa vaina es cierta. Es la primera vez en la historia de las campañas electorales que un candidato lee un discurso en un mitin. Eso no se había visto nunca, y lo acabamos de hacer nosotros, es decir, que tenemos un nuevo récord.

El papá de Margot llegó con un afiche de Edmundo y dijo: "Es mejor que cada uno de nosotros salga con su afiche a la calle y vaya mostrando al candidato para que la gente lo conozca, y ese hombre que se quede en su casa descansando, porque, cuando gane, va a tener mucho trabajo. Eso es lo que hay. Nos guste o no nos guste". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió aquel coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Estás derrotado, muérgano".

—Voy con todo mi camino a verme solo… —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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