Contraplano | Vidas desoladas bajo una piel protectora

Advertencia: Esta reseña incluye spoilers, así que se recomienda leer con discreción

22/06/2024.- ¿Qué tienen en común la vida de un joven homosexual despreocupado y que se prostituye a ratos con la de otro adolescente, aparentemente asexuado, que se ha dedicado a estudiar pero que vive atormentado por una supuesta abducción extraterrestre?

Esa es la encrucijada en la que se encontrará aquel que ve Oscura inocencia (en inglés Mysterious skin, 2004) de Gregg Araki (Estados Unidos, 1959), uno de los mejores trabajos de este realizador que, que a 20 años de su estreno, aún sigue siendo una de las películas más sórdidas que he visto.

Al comienzo de la cinta, oímos la voz en off de un adolescente llamado Brian, quien forzosamente trata de recordar su experiencia de abducción por seres de otros planetas en verano de 1981 en Kansas, cuando tenía ocho años. Brian está convencido de que ese es el origen de sus problemas con las relaciones interpersonales y jura que es la raíz de su truncada sexualidad.

En paralelo la película cuenta la infancia de Neil, un niño que va descubriendo su sexualidad de forma atropellada. Con frecuencia revisa las revistas pornográficas Playgirl de su alcohólica y promiscua madre, a quien incluso llegó a ver teniendo sexo de noche en un parque.

Una vez adolescente, y habiendo sido víctima de abuso por parte de su entrenador de béisbol, Neil se dedica a la prostitución en ese pequeño condado, que poco a poco le va quedando pequeño, razón por la que decide irse a Nueva York a intentar ser un escort profesional.

Alerta de spoilers 

Luego de varios intentos de aclarar su “secuestro extraterrestre”, Brian llega a recordar el rostro de Neil cuando era niño. Así, se decide a buscarlo luego de que este regresa a Kansas. Estando juntos Neil le confiesa a Brian que el secuestro alienígena nunca pasó y le hace una confesión desgarradora: cuando ambos compartían en la misma liga de béisbol de menores, Neil llevó a Brian a la casa del entrenador, en donde ambos fueron víctimas de abuso cuando apenas tenían ocho años de edad. En ese punto, Brian se da cuenta de que el falso recuerdo con seres de otro mundo es producto de una disociación para afrontar este horrible suceso. 

“Ojalá hubiera alguna forma de volver atrás y deshacer el pasado, pero no la había. No podíamos hacer nada. Así que me quedé en silencio e intenté comunicar telepáticamente cuánto sentía lo que había pasado. Y pensé en todo el dolor, la tristeza y el maldito sufrimiento del mundo, y me dieron ganas de escapar. Deseé con todo mi corazón que pudiéramos dejar atrás este mundo. Levantarnos como dos ángeles en la noche y desaparecer mágicamente”, dice Neil en la épica y deprimente escena final.

Oscura inocencia es una aclamada adaptación que hizo Araki de la novela homónima del escritor estadounidense Scott Heim. La aparición del libro y posterior película han sido objeto de controversia y debate de cómo tratar y recrear esta dura realidad en las artes. 

En una entrevista con RatherRonge, el realizador explicó que leyó la obra en 1995 y que tardó años en tratar de encontrar la forma idónea de llevar el texto a la pantalla grande sin exponer a los niños a abusos sugerentes. Además, agregó que impuso como condición indispensable que los padres de los actores infantiles leyeran el guion completo antes de aceptar el contrato.

“Las escenas con los niños pequeños son cruciales para el impacto emocional acumulativo de la historia y era imperativo que los actores que los interpretaran tuvieran ocho años. Estaba igualmente claro que el contenido y el tema para adultos lo hacían casi imposible. Pasé años experimentando con ángulos de cámara subjetivos y pude desarrollar una estrategia usando una cámara en primera persona, una edición cuidadosa y un guion gráfico meticuloso que me daría las tomas que necesitaba sin que los niños estuvieran involucrados en ninguna situación sexual o sugerente”, detalló Araki, quien es sexodiverso y se preocupó por representar el tema con extremo cuidado.

De igual forma, el director añadió que a los chicos se les dio otro guion separado de la truculenta trama original.

Un análisis del referido sitio web pone en una balanza la reacción de ambos personajes y explica de dónde viene el nombre original de la obra. Mientras que Brian se retrae, y construye en su imaginario una “Piel Misteriosa” que lo protege, como esa membrana gris que según cuida a los extraterrestres, Neil “representa agresivamente su sexualidad gay al convertirse en un prostituto, un trabajador sexual adolescente que persigue activamente a hombres mayores”, cita RatherRoge.

En ningún momento Oscura inocencia intenta hacer apología del abuso, o lo trata de manera superficial: Por el contrario, es un reflejo de las consecuencias negativas de estos actos y una alerta que recuerda que los abusadores están ocultos en los círculos más cercanos. Entiendo al público que evade estos temas por la razón que sea, sin embargo, por el impecable resultado de Araki, creo que esta cinta merece ser vista.

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Carlos Alejandro Martin

  

 

 


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