21/11/2024.- Te invito a hacer este experimento con meros fines informativos: si algún extranjero te pregunta alguna vez por datos extraordinarios sobre Venezuela, nómbrale al Salto Ángel, al Pico Bolívar y dile que la educación universitaria es gratuita. Suma una cosa más: agrega que es un derecho que ni siquiera se debate (a nadie se le ocurriría proponer la privatización de las universidades, como sí ocurre con PDVSA o Cantv, por ejemplo), y que si bien también existe la universidad paga, la que realmente da prestigio es la pública. ¿Crees que el turista se sorprenda? Ten por seguro que sí. Ya me ha pasado.

Así como sucede con el voto femenino o con las 8 horas horas de jornada laboral, en Venezuela a veces podríamos equivocarnos al pensar que la universidad pública gratuita es un derecho natural, automático y universal. En gran parte del mundo no existe; en muchos países (por ejemplo, Estados Unidos) sí, mas solo como escuelas técnicas muy precarias; en otros es un derecho permanentemente amenazado (por ejemplo, la Argentina de hoy); y en la patria de Bolívar existe y es inalienable porque lo conseguimos a costa de lucha y sangre. ¿Lo habías visto en perspectiva?

Traigo a colación este tema cuando en Venezuela celebramos de nuevo el Día del (y la) Estudiante, una fecha que recuerda el carácter rebelde de las y los jóvenes, que históricamente han sido la población en la vanguardia de las luchas populares. ¿No tenía el propio Simón Bolívar apenas 22 años cuando en el Monte Sacro juró liberar a América?

En nuestro país, todas las batallas por las causas justas, comienzan por el derecho mismo a la educación gratuita; han tenido en primera línea de combate a la juventud universitaria. Para confirmarlo recordemos qué nos trae a colación esta efeméride: la huelga de estudiantes de 1957, que encendió la chispa nacional para cristalizar el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Ahora volvamos a 2024. ¿Por qué lucha nuestro pueblo estudiante hoy? Por supuesto que hay un ramillete de clamores por situaciones dentro de la patria, aunque su sentir está alineado con un reclamo mundial y amoroso: el fin de la guerra y el genocidio contra Palestina, la causa más justa y urgente de la humanidad a esta hora.

Estudiantes se movilizan contra el genocidio: rebelión contra el sionismo

Desde que hace más de un año arreció la guerra y el genocidio contra Palestina, y la juventud universitaria ha sido la principal caja de resonancia popular para exigir justicia y paz. Esto no se queda solo en post de redes sociales o en declaraciones románticas de solidaridad. Las movilizaciones en todo el mundo han sido elocuentes.

En Caracas, por ejemplo, el pasado mes de abril se inundaron las calles con juventud estudiantil proveniente de todo el país que quiso enviar un mensaje claro al mundo: Venezuela está con Palestina.

Aunque, no ha sucedido solo aquí; y podemos abrir el foco cuando leemos y vemos videos sobre la juventud universitaria de Estados Unidos, que también se ha plantado con valentía contra el genocido y contra su propio gobierno sionista. Eso nos une y lo tenemos en común. ¿Qué nos separa y deja claras nuestras diferencias? La respuesta institucional a esas manifestaciones.

En Venezuela existen las movilizaciones por la paz, quien las acompaña y protege el gobierno y sus autoridades. En Estados Unidos se persiguen con represión, detenciones e incluso con el asesinato moral de las autoridades universitarias. Cito solo un ejemplo: en enero de 2024, la primera presidenta negra y mujer de Harvard (universidad privada), Claudine Gay, se vio obligada a renunciar de su cargo seis meses después de asumirlo luego de haber sido acusada de “antisemita” por no reprimir las protestas en favor de Palestina ocurridas en el campus.

Gay vivió una auténtica pesadilla; nunca abrió la boca para pedir por el cese al fuego o para condenar al sionismo. Fue citada a declarar en el Congreso en una audiencia que fue más bien una película de terror; se le amenazó con bloquear económicamente a la Universidad, que se sirve de los aportes de grandes benefactores; y como corolario, se le asesinó moralmente con la peor acusación que puede sufrir una persona cuya vida está consagrada a la academia: “el plagio”. La misma suerte tuvo la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill; allí los gringos poderosos no se sonrojan cuando actúan para proteger sus intereses.

El 21 de noviembre es un día para honrar y comprometerse

Volvemos a nuestra Venezuela y a la realidad de nuestro pueblo estudiante. Este 21 de noviembre amanece con un programa integral de recuperación de las universidades públicas a cargo de la Gran Misión Venezuela Bella que se está ocupando de rehabilitar con ahínco todas las infraestructuras educativas del país, sin importar la tendencia política de sus autoridades y población.

Si lo vemos solo por la UCV, quizá la universidad pública más emblemática, en dos años de trabajo los resultados están a la vista, una Ciudad Universitaria renaciente, con 75 edificios rehabilitados con estricto carácter funcional, estético y patrimonial.

La Gran Misión Venezuela Joven, por su parte, implementa planes de atención integral para acompañar el pueblo estudiante en todo lo necesario para cumplir con su etapa en aulas a través de 7 siete vértices de trabajo que atienden la situación estructural de la juventud.

¿Desafíos, retos, problemáticas, dudas…?

¡Un montón! Pero lo que nadie puede dudar es que en este país de dificultades la juventud estudiante ha sabido abrirse camino y estar a la altura de su momento histórico. Es otro dato más que puedes sumar a tu dato extraordinario sobre Venezuela, donde la juventud para siempre será vanguardia.

Rosa Raydán

Gran Misión Venezuela Joven