Hablemos de eso | Vietnam y la victoria del 30 de abril

05/05/2024.- En un acto organizado por el Frente Francisco de Miranda este martes 30 de abril, pudimos asistir a la conmemoración de los 49 años del gran triunfo vietnamita con la toma de la que entonces se denominaba Saigón, y hoy se llama orgullosamente ciudad Ho Chi Minh.

Me viene a la memoria la imagen de un soldado vietnamita disparando desde tierra contra un Phantom estadounidense. La imagen es difícil de recuperar. Un Phantom —técnicamente un McDonnell Douglas F-4 Phantom II— fue un interceptor y cazabombardero supersónico, capaz de cargar 27 toneladas de bombas y de alcanzar una velocidad superior a mach 2 (dos veces la velocidad del sonido). Era una de cientos de armas utilizadas por los Estados Unidos para intentar someter al pueblo vietnamita.

Napalm, bombas de fósforo, defoliantes, herbicidas y "agente naranja" destacaron en los ataques contra la población y los cultivos vietnamitas. El agente naranja es un herbicida (una sustancia química que mata las plantas) y un defoliante (una sustancia química que elimina las hojas de las plantas y árboles). Durante la guerra, refiere la firma Justinian & Associates: "El Ejército de los Estados Unidos roció con agente naranja miles de millas de Vietnam. Más del 15% de los bosques de Vietnam fueron destruidos y millones de vietnamitas estuvieron expuestos al herbicida". Las dioxinas que contiene el agente naranja son tan persistentes que aún hoy son detectables en las áreas rurales de Vietnam, pueden generar una amplia gama de enfermedades, entre ellas cáncer, y producir malformaciones genéticas en las nuevas generaciones.

Como señala la Revista de Cultura Científica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de la guerra:

Los imperialistas yanquis intentaron por todos los medios no ya derrotar militarmente a los combatientes vietnamitas, lo que fue sencillamente imposible, sino exterminar a toda la población de Vietnam en forma consciente y progresiva, y, yendo más allá en su demoniaco designio, privar a esta nación de sus recursos naturales y futuros de vida y desarrollo, poniendo ignominiosamente la ciencia y la técnica de que disponen al servicio de la elaboración de métodos capaces de convertir a Vietnam en una zona inhabitable, al margen, incluso, de la posibilidad de restañar sus heridas.

Por algo, celebramos cada derribo de un Phantom.

Vietnam había sido ocupado por el imperialismo francés en 1870. Sus motivos comerciales y su ideología racista no se disimularon. En 1940, el imperio japonés ocupa Indochina, con poca oposición de los franceses de Vichy (miembros de la alianza entre Alemania, Italia y Japón durante la Segunda Guerra Mundial). En 1945, los franceses reanudan el dominio colonial sobre la región, pero se encuentran con la resistencia vietnamita, que ya había luchado contra los japoneses. La guerra de independencia contra el imperio francés, liderada por Ho Chi Minh, se prolonga desde 1945 hasta 1954, cuando, en la batalla de Dien Bien Phu, el ejército vietnamita derrota a los franceses. Sin embargo, Vietnam queda dividida en dos países: Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. En el sur se instala —sin ninguna vergüenza— el dominio de la potencia hegemónica: los Estados Unidos. Las fuerzas nacionalistas del sur los enfrentan, y los sucesivos cambios en los gobiernos de Vietnam del Sur digitados por los Estados Unidos, así como una amplísima "asistencia" militar, les dan pocos resultados.

El Frente Nacional de Liberación de Vietnam, conocido por la prensa proimperialista como Vietcong —que es una contracción de la frase "comunistas vietnamitas" o, peor aún, de la expresión "traidores comunistas a Vietnam"— avanza y los Estados Unidos simulan un ataque de Vietnam del Norte contra barcos estadounidenses en el golfo de Tonkín. Sobre esa falsa excusa, las fuerzas estadounidenses en Vietnam pasan de sesenta mil efectivos a más de quinientos mil, en los momentos de mayor intensidad de la guerra.

Aun así, no pudieron contra el empeño y la fuerza del pueblo vietnamita. En 1973 se retiran, derrotadas, las fuerzas combatientes de los Estados Unidos. Y el 30 de abril de 1975 las fuerzas vietnamitas toman Saigón, poniendo fin a la guerra.

La desastrosa operación de evacuación de los estadounidenses que quedaban en Saigón y de sus "aliados" survietnamitas son imágenes de la más clara derrota de las fuerzas imperialistas. La liberación de Saigón ese 30 de abril demostraba lo que puede lograr un pueblo decidido a ser libre.

Por algo, Vietnam es para nosotros un pueblo admirado y hermano, tanto como símbolo de una nación que pudo vencer a tres imperios, contra todos los pronósticos colonialistas.

 

Humberto González Silva


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