11/10/2024.- ¡Al Barrio de Salamanca me voy! Los compañeros que están viviendo en España, allá en el Barrio de Salamanca, forman parte de la oposición más lujosa que nos estamos dando los venezolanos en la madre patria, y eso hay que respetarlo. Ahora la dictadura se ha empeñado en romper relaciones con España, y eso duele. Duele porque esa gente nos ha dado lo mejor: nos descubrieron y nos liberaron de seguir usando guayucos y piedras y lanzas y nos dieron un idioma, y por eso ahora por toda España están esos carteles tan maravillosos que dicen: "Ni genocidas ni esclavistas. Fueron héroes y santos". Nunca tan bien dicho. Héroes y santos. Eso fueron esos compañeros para gloria de todos nosotros los que seguimos siendo una oposición decente y pensante. El presidente de la Asamblea Nacional ilegítima —porque todos sabemos que la Asamblea Nacional legítima está allá, en el Barrio de Salamanca, en Madrid, y dirigida desde Barcelona, España, por la compañera Dinorah Figueras— le ha pedido al dictador que rompa relaciones con la madre patria, y eso es inconcebible. Nunca se había llegado a tanto. Les molesta seguramente que tengan allá al presidente electo por nosotros acá, al compañero Edmundo González. Es verdad que ahora anda como un cotorro declarando y declarando que viene el 10, y viene arrecho. Eso no es propio de un hombre al que le dan asilo; lo mejor es estar calladito y sin joder mucho, porque esa es una condición esencial del derecho de asilo. Pero Edmundo es un luchador, un hombre al que no pudo callar María —Súmate— CM, y mucho menos lo va a callar un asilo.

El que tiene que cuidarse es Pedro Sánchez, porque con todos esos compañeros allá, en el Barrio de Salamanca, le pueden echar una vaina. Allá solo faltan Ismael —Talanquera— García y Espoleta Allup para que se conforme una verdadera guerrilla oposicionista. Dicen también que el compañero Leopoldo —Mata Cura— Castillo también se va para España, y esa es una gran noticia, porque desde allá puede montar un Aló, Ciudadano y volver locos a todos los que simpatizan con la dictadura. España se está convirtiendo en un verdadero campo de batalla por la liberación del territorio venezolano, y los mejores luchadores están allá, y para allá tendremos que irnos todos para venirnos en la goleta en la que venga Edmundo González en enero para tomar posesión de su cargo. Hasta el rey Juan Carlos, quien tiene el récord de ser el único que mandó a callar al dictador anterior, está asustado con esta oposición de lujo que tenemos en el Barrio de Salamanca. Lo están desprestigiando por los medios, porque tuvo una vida sexual desaforada, pero eso es típico de todo rey. No es una vaina como para que lo vayan a meter preso a uno; por el contrario, es una vaina que demuestra que sigue siendo el rey. No solamente salió con todas las mujeres que le dio la gana, sino que, además, asesinó a unos cuantos elefantes para que se dejaran de esa pendejada de estar balanceándose en la tela de una araña.

El papá de Margot vio el discurso del presidente de la Asamblea Nacional ilegítima, es decir, la que está aquí en Caracas —porque repito, la verdadera está allá, en España, dirigida por la compañera Dinorah Figuera—, y el presidente decía que invitaba al dictador a romper relaciones con España, porque ya basta. El hombre apagó el televisor y dijo: "Ya viene el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, allá en la madre patria, y estos no respetan nada. En vez de celebrar que ahora nos entendemos mejor, gracias a que esa gente nos enseñó a hablar su lenguaje, vienen y piden que se terminen los lazos de amistad y comercio que nos unen. ¿Quién carajo los entiende? Si estamos pelando bolas por el bloqueo, lo mejor es que tengamos buenas relaciones con esa gente, pero eso le importa un carajo al dictador". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "¡Vete para el Barrio de Salamanca, percusio!".

—España, aparta de mí este cáliz… —me declama Margot.

Roberto Malaver