Gobierno nacional rinde homenaje a Piedad Córdoba

Entregan Orden Libertadores y Sable Victorioso a familiares de la defensora de los DDHH

Una delegación oficial venezolana entregó el mensaje y los reconocimientos a los familiares.

 

22/01/24.- Venezuela entregó este lunes una réplica del Sable Victorioso de Carabobo y la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela a los hijos sanguíneos y afectivos de Piedad Córdoba, política y congresista colombiana quien falleció recientemente.

El ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, encabezó la delegación nacional que viajó a Colombia a los actos fúnebres de la destacada líder revolucionaria y fue el vocero del Gobierno nacional.

“Tuve el honor de dar lectura y consignar una sentida comunicación autógrafa del jefe del Estado dirigida a su señora madre, hijos e hijas”, informó Villegas.

Durante las exequias, el ministro dio lectura a una carta fechada del 19 de enero, enviada por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, a los familiares de Piedad Córdoba, como muestra de la solidaridad de Venezuela por el legado y lucha que representa la obra en vida de la exsenadora colombiana.

La delegación oficial venezolana a las exequias está conformada, además, por el ministro del Poder Popular para el Trabajo, Francisco Torrealba; la diputada Tania Díaz; Carolys Pérez, integrantes de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la presidenta de Telesur, Patricia Villegas.

El cuerpo de la dirigente revolucionaria se encuentra en el Salón de la Constitución del Congreso de Colombia, en Bogotá, donde se realiza un homenaje en cuerpo presente tras fallecer el sábado pasado.

Luego de concluir la capilla ardiente, sus restos serán sepultados en la capital de Antioquia, informaron medios colombianos.

A continuación, el texto íntegro de la carta presidencial:

Caracas, 19 de enero de 2024.

Lya Esneda Ruiz.

Juan Luis Castro Córdoba.

Camilo Andrés Castro Córdoba.

César Augusto Castro Córdoba.

Natalia María Castro Córdoba.

Querida Doña Lya:

Qué pesar tan hondo siento por la partida de Piedad, les hablo con el corazón en la mano porque ha partido una compañera inigualable, una amiga de verdad, una hermana a toda prueba. Desde Venezuela, desde esta tierra bolivariana a la que tanto amó, quiero hacerles llegar este testimonio de nuestra solidaridad a ustedes y a todo el pueblo colombiano.

Tengo que remontarme a 2007, el año en el que comenzó la identificación profunda entre Piedad y nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez: los hermanó para siempre la causa sagrada de la paz. Yo puedo dar fe del inmenso cariño que se profesaron. Y siento que voy de la mano de Chávez al escribir estas líneas.

Cuántas batallas le tocó librar a Piedad por la dignificación de la Colombia hermana, ciertamente, fue una guerrera incansable y una de las mujeres más valientes que he conocido, ejemplar como ferviente defensora de los derechos humanos y como abnegada adalid por la paz de Colombia. Su condición de revolucionaria genuina la demostró con creces a lo largo de toda una vida de lucha.

Perseguida y vilipendiada por aspirar a una patria sin violencia, sin paramilitares, sin masacres; por ser mujer afrodescendiente y feminista, y haberse lanzado a la arena política con esa visión plena de amor por la igualdad y la libertad. Hay que recordar que fue electa, por primera vez, como representante al Congreso de su país en 1991; una época en la que el poder legislativo se encontraba prácticamente dominado por el machismo, el racismo y la defensa de privilegios de las élites.

Con la perseverancia y el arrojo que siempre la caracterizaron, Piedad se sobrepuso heroicamente, una y otra vez, a innumerables obstáculos y adversidades, incluyendo atentados contra su vida y la de sus colaboradores, todo ello acompañado de una feroz y permanente campaña de odio por parte de la oligarquía colombiana.

En Piedad, la entereza era una forma de ser y, por eso mismo, nunca vaciló en materia de principios y convicciones. En realidad y en verdad, ella encarnaba un recio temple ético y una indoblegable fuerza moral. Esta mujer de las dificultades, para decirlo con Bolívar, siempre logró salir adelante porque el amor por Colombia era su luz y su guía.

Esta amorosa hija de Bolívar y Gaitán, hermana de Chávez, nunca fue ni será vencida. Ella seguirá caminando, con nosotras y nosotros, hasta alcanzar la victoria definitiva de la Patria Grande; encarando los más puros valores humanistas que prevalecerán, sin lugar a dudas, por siempre.

Digo tu nombre, Piedad Córdoba Ruiz, con la certeza de que tu pensamiento al igual que tu inmenso e imperecedero legado de lucha, sí, trascienden e iluminan hoy a quienes seguimos en la primera línea de batalla por la unidad de nuestra América y por la felicidad de nuestros pueblos.

Hago mías estas bellísimas palabras de nuestro Comandante Supremo, quien tanto te quiso, quien tanto te defendió contra la infamia: «La negra Piedad es una colombiana íntegra, una latinoamericana integral, una mujer en todo el sentido de la palabra, valiente, un ser humano». ¡¡¡No pudieron contigo y no podrán contra tu ejemplo!!!

¡Piedad vive, la lucha sigue!!! ¡¡¡Honor y Gloria a Piedad Córdoba!!!

Nicolás Maduro Moros

Y concluyó la misiva, de puño y letra el mandatario venezolano, con la consigna: ¡Por siempre venceremos!

CIUDAD CCS


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