Hablemos de eso | Un "monstruo" desnuda el largo genocidio...

realizado por la oligarquía colombiana

17/03/2024.- Salvatore Mancuso Gómez nació en Montería, Colombia, el 17 de agosto de 1964. Conocido también por los alias del Mono Mancuso, Santander Lozada o Triple Cero, fue comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, la organización paramilitar que tuvo la mayor fuerza en ese país. Se desmovilizó en 2005 y fue extraditado a Estados Unidos, país que lo juzgó y condenó por narcotráfico.

En 2020, tras cumplir su condena en EE. UU., el gobierno de Colombia, a solicitud de las autoridades judiciales de Justicia y Paz, pidió que Mancuso fuera enviado a esa nación para ser juzgado. Sin embargo, en 2019, una juez del Tribunal Superior de Bogotá ordenó su libertad. Como señala una nota de RCN:

La jueza de ejecución de penas de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior Bogotá ordenó la libertad a prueba del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, al considerar que ha cumplido la mayor parte de su condena (…) se señala que Mancuso firmó una serie de compromisos entre los que se encuentra su colaboración en procesos penales y la reparación de víctimas acreditadas (…) La libertad a prueba fija cuatro años de control para que Mancuso demuestre buen comportamiento y colaboración con las autoridades. Después de este tiempo, el excomandante paramilitar podrá solicitar su terminación total del proceso.

Mancuso está acusado de cometer miles de crímenes en territorio colombiano. Ha reconocido su participación directa en por lo menos 300 asesinatos, incluido el de una niña de 22 meses. Se le atribuye la autoría como comandante de la masacre de Mapiripán, en la que murieron veinte campesinos en estado de indefensión, y la masacre de El Aro, donde fueron asesinados otros 15, en 1997, y por la cual se le dictó una condena de 40 años de cárcel (no purgada por su sometimiento a la Ley de Justicia y Paz). Del mismo modo, es señalado por la masacre de la Gabarra, en 1999, donde fueron asesinadas 35 personas, y la masacre de El Salado, en febrero de 2000, donde fueron asesinadas más de 100 personas y es considerada una de las acciones más sanguinarias de las AUC.

"Las confesiones de un monstruo tienen temblando a la derecha colombiana" se titula un video que me llegó recientemente. A continuación, la transcripción de las declaraciones de Mancuso:

… el padre Uribe, que ya me tiene a morro… imagínense lo que yo sé, lo que mandé a hacer desde los años noventa, cuando conformé las Autodefensas, y de lo que soy parte y testigo. Por eso es que me tienen tirria y miedo los que anduvieron conmigo en esa joda. Para empezar, los militares, los ganaderos paracos, los empresarios y, claro, los parapolíticos que metimos al Congreso comprando votos y en muchos cargos elegidos. Estoy pensando que canto en la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz, mecanismo creado para investigar y juzgar a los participantes en el conflicto armado colombiano), pero entre más me acosen más les saco los trapos ensangrentados al sol. No tengo nada que perder, tengo encima, solo yo, más de 300 asesinatos directos, hasta el de una niña de 22 meses, sin hablar de las masacres que ordené. Ustedes saben, en la de El Aro estaba yo. No más cuando era el comandante en el Catatumbo, matamos a 5 mil campesinos. Recuerdan matazones como El Salado, La Gabarra, Mapiripán… todos positivos míos.

Del perico que traficamos, eso tiene idea, miles de toneladas; pero yo ya les pagué a los gringos. En lo público, infiltré todos los poderes con nuestros partidos de extrema derecha… eso y mucho más es lo que saben que yo sé los que lo ordenaron; si prendo el ventilador, el huracán va a sacarlos de sus caletas de gente de bien. Pero no solo voy a sapear todo eso, sino que espero poder decirles a las familias de las víctimas dónde están sus muertos, dentro de los centenares de fosas comunes donde metimos a los cientos de miles que asesinamos.

Quiero decir que las verdades que voy a contar son una parte pequeña de lo que hicimos en nuestro exterminio, desplazamiento y robo de tierras para nosotros y para los patronos que nos financiaban, para los clanes políticos que nos mandaban. Y no se me van a olvidar la cantidad de magnicidios, alcaldes y muertos famosos… ni las empresas que participaron en la cosa, que ya lo dije, como Postobón, Bavaria, Ecopetrol, Coca-Cola, Chiquita Brands, Drummond y muchas otras.

Sí, yo soy un monstruo. Pero son peores demonios los que me dieron las armas y el billete.

Hay que recordar que la acción paramilitar, además de los miles de asesinados, provocó el desplazamiento interno de al menos dos millones y medio de colombianos. En una nota del diario La Jornada de México se señala:

  • Trece legisladores habían sido arrestados por sus presuntos vínculos con las AUC; uno de ellos el senador Álvaro Araújo, hermano de María Consuelo Araújo, quien fue obligada a renunciar como canciller en enero pasado. Otras quince personas, entre ellas dos exparlamentarios, también fueron llevadas a prisión, acusadas de haber suscrito un acuerdo político con los comandos de extrema derecha, en el conocido como Pacto de Ralito. Este jueves, otro miembro de la Cámara de Representantes, José Santos, se entregó a la Fiscalía en Bogotá, con lo que aumentó a catorce el número de parlamentarios detenidos en este caso.
  • Chiquita Brands International (empresa multinacional dedicada a la producción y distribución de plátanos y otros productos) admitió ante el Departamento de Justicia haber hecho pagos a las AUC durante seis años, entre 1997 y 2004. Directivos de Chiquita, por medio de su exsubsidiaria con sede en Colombia, Banadex (Bananos Exportación S. A.), se encargaron de hacer medio centenar de pagos a las AUC, a pesar de que el 10 de septiembre de 2001 la agrupación fue incluida en la lista de organizaciones consideradas "terroristas" por el gobierno estadunidense y no obstante que funcionarios del Departamento de Justicia señalaran a la compañía que los desembolsos eran "ilegales".
  • Postobón pagaba siete mil dólares mensuales por cada departamento donde distribuía sus mercancías. La empresa refresquera forma parte de uno de los mayores conglomerados empresariales de Colombia, conocido como Ardila Lule.
  • Bavaria (Cervecería Bavaria es una empresa colombiana de bebidas con sede en Bogotá), a su vez, patrocinaba a las AUC con setenta centavos por cada treinta cervezas que vendía en la Costa Atlántica de este país.

 

Humberto González Silva

 

Referencia:

Revela Mancuso lista de empresas que financiaron a paramilitares colombianos. (2007, mayo 18). La Jornada. https://www.jornada.com.mx/2007/05/18/index.php?section=mundo&article=032n1mun


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