Se cumplen 36 años del concierto a casa llena No te Quedes sin Bailar

El espectáculo contó con la participación de bandas de Nueva York, Puerto Rico y Venezuela

Los empresarios apostaron a la salsa dura y el público caraqueño respondió. Foto referencial: Luis Cantillo.

 

18/03/24.- Tal día como hoy, 18 de marzo, pero de 1988, el Poliedro de Caracas a las 8 de la noche estaba repleto. ¿El motivo? Se llevaba a cabo el concierto No te Quedes sin Bailar, presentado por el finado locutor venezolano Héctor Castillo.

El cartel ofrecía un menú intresante: Desde Nueva York, Ray Barreto y su Orquesta. Desde Puerto Rico, Nino Segarra. Por Venezuela: Orquesta Café, cantando el duro de la clave, Joe Ruiz; Orquesta Bronko; Watusi, y Naty y su Orquesta.

La atención estaba puesta sobre el Manos Duras de la Gran Manzana, cuya actuación estuvo excelente, deleitando a los salseros caraqueños que lo esperaban con avidez, puesto que eran muchos los años que Barreto tenía sin venir a Venezuela. Además, el gigante de las congas tenía una nueva producción: Aquí se Puede; la cual estaba estrenando.

Uno de los temas contenido en la producción que se estrenaba, dio nombre al concierto: No te Quedes sin Bailar.

 

El neoyorquino además de interpretar temas pertenecientes a sus dos últimas producciones para el momento, deleitó a la concurrencia con una versión Latin Jazz de Spain, del gran Chic Corea, haciendo gala del virtuosismo de los músicos que lo acompañaron, entre los que destacaron Ricky González, en el piano; Jimmy Delgado, en el timbal; Carlos Soto, en el bongó; y Jimmy Bosh, en el trombón, entre otros; la parte vocal estuvo a cargo de Carlos El Grande.

Es importante señalar, que este concierto se efectuó en tiempos en que quedaban reminiscencias del auge del merengue dominicano en el Caribe, y la salsa que sonaba por la radio era la denominada Salsa Erótica, sin embargo, los empresarios apostaron a todas estas orquestas de Salsa Dura con dos noches en el Poliedro de Caracas, y el público no los defraudó.

Cabe destacar, que una de las agrupaciones que representaría el tricolor nacional, a pocos días del espectáculo había sufrido una deserción de buena parte de sus integrantes, se trataba de la orquesta de Natividad Martínez; en consecuencia, la mayoría de los músicos que tocaron en el concierto estaban debutando con la banda, con solo un par de ensayos para familiarizarse con los temas a interpretar.

Solamente dos sesiones bastaron -no había más tiempo- para que los músicos se compenetraran con el repertorio y establecieran esa conexión, o química, que debe haber entre los integrantes de una orquesta para que los temas salgan con ese tumbao que invita a bailar a los salseros, y a los no salseros también. 

Todas las orquestas del patio tuvieron una actuación óptima; cada una estuvo a la altura de semejante compromiso, dejando a la salsa criolla muy en alto. Sin embargo, la dirigida por el flautista de La Vega destacó entre las distintas bandas, acaparando la atención de la concurrencia con la canción Guaguancó pa' la Candela.

El tema de la autoría de Cheo Navarro y con los arreglos del propio Naty, llevó al climax al público presente en el Coso de la Rinconada con un duelo protagonizado por los coreógrafos Frank Guerrero y Tony Duarte, secundados por sendos solos de tumbadoras y timbal, ejecutados por Frank Seijas y Robert Vilera (†) respectivamente, dando junto a cada músico, lo mejor de sí para un concierto que luego de 36 años ha quedado y quedará recordado como uno de los más memorables de la salsa venezolana.

FIDEL ANTILLANO / CIUDAD CCS


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