Memorias de un escuálido en decadencia | Inscripciones Ledezma

22/03/2024.- ¡Las inscripciones llegaron ya! Las puertas de CNE se abrieron y el primero en entrar, de la mano de su esposa y su compañero del partido Acción Democrática, fue el Burro Martínez. Es decir, esta vez el Burro Martínez llegó de primero. Allí estaba, lleno de contento, repartiendo felicidad, porque se le nota que cree en esta dictadura. En cambio, nosotros seguimos jugando a no sabemos qué carajo, porque nuestra gente de arriba como que cada día nos engaña más. No sabemos si es Rosales, si es el Tigre Fernández... en fin, no sabemos un carajo. Lo único que sabemos es que agarraron a un tipo de Vente en Barinas, un tal Brand, y el hombre contó todo de lo más plácidamente. Fue tan claro como la luna llena. Y empezamos nuevamente a ver qué carajo pasaba, pero hasta ahora no tenemos línea. El tipo dijo quiénes eran y todo el peo que venían preparando desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, nosotros seguimos aferrados a la democracia. Es verdad que somos buenos haciendo guarimbas, pero también tenemos que aprender a hacer democracia, pero no mientras gobiernan otros, es mejor mientras gobernamos nosotros, porque así damos el ejemplo de lo que es una verdadera democracia. Lo que también es cierto es que no podemos seguir cometiendo errores. Enrique Ochoa Antich nos los va contando, porque ya son muchos. Si en verdad queríamos participar en las elecciones, no hubiéramos inscrito a María —Súmate— CM, porque estaba inhabilitada, y votábamos por otro carajo, pero ella se empeñó, sabiendo que todo tiene su final.

Y al dictador lo volvieron a lanzar por segunda vez. Ahora la cosa fue en el Teresa Carreño. Fueron los militantes del Polo Patriótico, que son los mismos que van y vienen por todas partes, pero se cambian de ropaje y siguen siendo dictadores. Y nosotros, que somos la gente decente y pensante de este país, que hicimos este país, que éramos felices y no los sabíamos —así de brutos somos, que cuando somos felices ni lo sabemos—, en fin, nosotros, con tanta cabeza pensante y brillante, no tenemos por quién votar. Si es Manuel —Monómeros— Rosales, tenemos que prepararnos para lo que vendrá. Ya dijo por aquí que lo dejen pensar, porque va a ordenar algunas ideas, eso sí, que se las traigan rápido porque no tiene tiempo que perder. Les confieso una vaina: la cosa esta da pena, penita, pena. La gente lo ve a uno y le pregunta: ¿pero hasta cuándo seguimos con esto? ¿Se nos olvidó cómo llegar a Miraflores? Con razón, el hombre del garrote goza una y parte de otra todos los miércoles cuando hace su programa, porque sabe que no hay nada, nadita de nada. Lo que hay es valentía, coraje, eso sí nos sobra. También hay aliados. Todos esos medios internacionales que apoyan a Israel y Ucrania también están dispuestos a apoyarnos a nosotros. Las organizaciones internacionales también nos apoyan, pero terminamos engañándolas. Los que sí se sacaron la grande fueron los compañeros Julio —Matemático— Borges, Antonio Ledezma, Carlos —Dólares— Vecchio y el poeta Leopoldo —Verso Corto— López. Esos están de lo más tranquilos porque se llenaron como unos potoquitos. Hasta la mamá del poeta se metió su billete en Monómeros. Después el poeta Leopoldo dijo que no sabía nada de eso. Ojalá que a nadie se le ocurra entrevistar ahorita a Calderón Berti, porque vamos a tener otro peo. Ese hombre, cuando fue embajador en Colombia del interino, dijo que fue a Monómeros y vio a Rosales mandando y nombrando directores y salió corriendo. Pero el compañero Calderón Berti es consecuente: seguro que vota por nosotros cuando inscribamos al candidato.

El papá de Margot llegó diciendo: "Vengo del CNE. Ya el traidor de Luis Eduardo Martínez se inscribió. Iba con el otro traidor, Bernabé Gutiérrez. Todos los traidores se quedaron con nosotros y los leales con el dictador. Si llega el 25 y no presentamos un candidato, conmigo no cuenten más nunca para un carajo, porque 'ya está bueno ya', como decía aquel hombre del MAS". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Anda a votar de una vez, muérgano".

—Tú me acostumbraste a todas estas cosas... —me canta Margot.

 

Roberto Malaver


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