Mundo alerta | Israel contra todos. ¿Todos contra Israel?

La guerra automatizada: una amenaza mundial

O1/09/2024.- Desde que invadió Gaza en octubre de 2023, el Ejército israelí ha alcanzado niveles cada vez más altos —y aterradores— de mortalidad represiva gracias a la automatización del genocidio. Ya no es un secreto que sus expertos han aprovechado a fondo recursos como la nube de Amazon y herramientas de inteligencia artificial (IA) de Microsoft y Google, todos con propósitos militares. Una investigación periodística publicada por los medios israelíes 972 Magazine y Local Call, y el diario británico The Guardian, revela que en las primeras semanas de la invasión, el despliegue tecnológico de la Fuerza Armada israelí incluyó la "ubicación" de 37 mil sospechosos clasificados como "objetivos" y el asesinato de otros 15 mil a través de la operación Lavender, un modelo de IA que puede precisar los blancos en Gaza con un 90% de aciertos y un margen de error de 10%. No por ser menor, este último porcentaje deja de ser significativo cuando se trata de represión en masa. El 10% de los "objetivos" registrados por Lavender no eran ciertos y las 15 mil víctimas fueron "condenadas" sin juicio. Murieron sin tener vinculación alguna con las milicias.

 

La nueva criminalidad del software

El Lavender fue aplicado, en teoría, hasta el 24 de noviembre siguiente a la fecha de la invasión, pero la velocidad con que se ha incrementado la violencia en Gaza es una señal de que probablemente ha sido reprogramado y perfeccionado con algunas innovaciones en la actualidad. En paralelo a las ejecuciones directas, los expertos militares incorporaron un programa de represión menos masivo, pero igualmente mortal, denominado Víctimas Colaterales, al parecer para incentivar a los soldados israelíes a reprimir con mayor fuerza cuando se trate de capturar o eliminar a altos jefes de Hamás o Yihad Islámica Palestina.

En estos casos, el alto mando no considera involuntarias e inevitables las "víctimas colaterales" —como las llama eufemísticamente el Ejército estadounidense—, por el contrario, las define como parte de la operación y las estima “factibles” con cien muertos civiles en cada bombardeo. Si se tratara de una represalia por los 600 soldados que Israel dice haber perdido en el ataque de Hamás, el 7 de octubre de 2023, habría que preguntarse cuántos muertos faltan para saciar su venganza después de los 180 mil civiles (hombres, mujeres y niños) muertos por causa de Israel en Gaza. La cifra es significativa, pero mucho más lo es que una potencia militar con más de nueve millones de habitantes elimine a casi 200 mil ciudadanos (en menos de un año) en una pequeña ciudad como Gaza, con apenas dos millones de habitantes y defendida por una fuerza militar desarmada (en comparación con el país atacante).

 

¿La humanidad desafiada?

La ausencia de regulación tecnológica en contextos bélicos puede sentar un precedente difícil de revertir. La crueldad extrema, el ensañamiento enfermizo de Israel contra una población inerme, en situación autodefensiva y no ofensiva, rebasa los parámetros éticos de la guerra convencional y está a muy poca distancia de las prácticas de Hitler en el Holocausto, que inspiraron nuevos conceptos como "crímenes contra la paz" y "crímenes contra la humanidad" dentro del derecho penal internacional.

Como toda arma autónoma, la IA toma decisiones basadas en datos manipulados a conveniencia por cualquier gobierno, independientemente de la política civil, ideologías, leyes y derechos que tengan que ser violados para lograr los objetivos militares en los países que ataca, incluidos los aliados internacionales. Lo único que diferencia a la IA de las dictaduras tradicionales es que no es humana.

 

Todos contra todos

A pesar de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exigió "un alto el fuego inmediato y la liberación incondicional de todos los rehenes", la violencia homicida en Gaza prosigue campante y rampante. Repetidos informes revelan que Israel lleva tres años utilizando herramientas de reconocimiento facial para rastrear sin autorización personal a las familias palestinas. Netanyahu también introdujo la modalidad de bombardear miles de viviendas en los territorios ocupados, un verdadero desafío a los esfuerzos humanitarios que promueven las organizaciones internacionales. Hay que decirlo con todas las letras: la ostentosa agresividad de Israel afecta la tensa paz mundial lograda por la diplomacia en los últimos treinta años, agravada por su campaña contra la —operativamente disminuida, pero única disponible hasta ahora— Corte Penal Internacional. La ruta visible es allanar el camino de Estados Unidos —su aliado eterno— hacia el control político de los países calificados de "hostiles" por ser independientes. La agresión es también contra la voluntad de la comunidad internacional, con un peligroso agravante: Israel puede ser el detonante de una indeseable, pero probable, tercera guerra mundial, que tendría como escenario a Estados Unidos, Rusia y China, que se disputan el liderazgo mundial a partir del fin de la guerra en Ucrania.

 

Raúl Pineda


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