Comentarios noticiables | De la CIA, por ella, para ella

Y algo más

14/09/2024.- La Agencia Central de Inteligencia (CIA) fue creada en 1947, de conformidad con el artículo 108 del Acta de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (EE. UU.), firmada durante la administración del presidente Harry Truman. La CIA tiene su domicilio en la comunidad no incorporada de Langley, en el condado de Fairfax, en Virginia, a 209 millas de Washington, en un recorrido de tres horas y treinta y un minutos. La CIA es el monstruo que por mucho tiempo ha tenido como objetivo pisotear con ultrajes y usurpaciones a la población de su país y de otros países del planeta; y, por si fuera poco, todo en franca violación de la Constitución de Estados Unidos.

Los funcionarios públicos norteamericanos que han ejercido la dirección de la CIA tienen la misión de ser los puntales en el sabotaje y en la provocación durante la etapa más crucial de cualquier conflicto político-militar en los que estén involucrados los líderes de Washington. En particular, en el desarrollo del actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ha resultado un gran atractivo para las corporaciones del complejo militar industrial (CMI) de Estados Unidos. Aquí se pone en evidencia una comunidad de intereses de una gran importancia económica, por la generación de jugosas utilidades que anualmente se garantizan con el volumen de la producción que representan las importaciones de equipos militares, armamentos, etc. Dentro del aspecto económico del CMI y las corporaciones, se destaca el afán de lucro, causa, en muchos casos, de los fraudes, el despilfarro, la corrupción de los funcionarios y, en definitiva, de que prevalezcan, sobre los intereses generales, los intereses particulares de un grupo de corporaciones. Estas aumentan sus ingresos a costa de las reducciones presupuestarias de los servicios sociales que sufre el pueblo estadounidense.

Actualmente, la CIA despierta un clima de cazadores de brujas, periodistas soplones, espiomanía, genocidio, intercepción de teléfonos, actos terroristas y de intervención de la cibersoberanía de las naciones de nuestro planeta que tratan de sacudirse el sistema unipolar imperialista liderado por Estados Unidos. La CIA, como entidad supranacional, es uno de los instrumentos más importantes y, posiblemente, el más afilado de la élite gobernante de EE. UU., para configurar el mundo según el modelo norteamericano e implantar normas al paladar de Washington. De ahí, la inevitable y permanente contradicción con China y Rusia, debido a causas que radican en esa tradición política estadounidense. Es función de la CIA hacer todo para resolver las contradicciones de EE. UU., por encima de su Constitución y del derecho internacional.

En donde no hay conflictos, la CIA los provoca, para instalar gobiernos que le sean afectos a Estados Unidos. Infunde la labor terrorista, guiándose por las indicaciones de la Casa Blanca. Influye también, cada vez más, en la conformación de la política exterior de la Casa Blanca.

La descarada propagación de la desinformación y la posverdad de la CIA para tratar de aumentar su prestigio ante el gobierno de EE. UU. y el hecho de que al calor de su propaganda fascista pretenda multiplicar la derechización de la sociedad estadounidense la aprovecha con fines operativos como medio de penetración en Latinoamérica y el resto del mundo para afincar el capitalismo salvaje, a punta de sobornos a los politiqueros que empiezan a contactar con su organización. Esta es la mejor garantía de su supervivencia en la política.

Vale citar también al sector de las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) de Venezuela, que, con la máscara de grupos de paz, religiosos y sociales, sindicatos, universidades y fundaciones, son utilizadas para recoger información y ampliar las posiciones de espionaje de la CIA.

En Venezuela, 70% de las ONG son de orientación pro-CIA, dirigidas por el gobierno de Washington, el cual se entromete por el canal de la oposición ultraderechista guiada por María Corina Machado y sus seguidores. Estos actúan con la bandera del terrorismo y el reconocimiento y la justificación de los máximos dirigentes del gobierno de EE. UU. y de algunos de sus seguidores.

La CIA utiliza los medios más inhumanos para mantener en dependencia a las naciones en desarrollo y para impedir su emancipación social, política y económica. En conclusión, la CIA es el instrumento más bestial de la política exterior de Estados Unidos. Por ello hace falta estar alerta, siempre alerta.

 

J. J. Álvarez


Noticias Relacionadas