Estoy almado | ¿Un futuro sin celular?

10/05/2024.- Parece ciencia ficción, pero no lo es. Es el futuro, más real que virtual, que nos promete el dueño de Meta.

Imagina que un emporio tecnológico nos diga que el actual celular inteligente que tienes en tus manos será inservible, así como lo son hoy los BlackBerry, por ejemplo. Aunque parezca inverosímil, es lo que asomó Mark Zuckerberg en la presentación de sus lentes Orion, un invento en modo beta que promete cumplir las mismas facilidades que tenemos hoy con los celulares y las computadoras PC.

Se dice que con esas gafas podremos seguir perdiéndonos en las redes digitales, chismear el estado de WhatsApp de los conocidos, enviar y recibir correos, hacer un pago móvil y tomar fotos y videos. Todo en uno y sin usar las manos… y parece que tampoco el cerebro…

Con estas gafas de "realidad aumentada", podrás ver normalmente la pintura de un araguaney, pero en vez de procesar la obra de arte con tu corazón y conciencia, en tu visión del mundo real se superpondrán contenidos digitales 3D que te dirán quién es el autor del cuadro y qué debes sentir y saber sobre el árbol nacional de Venezuela. No te preocupes, para que mantengas algo de "control", podrás manejar la avalancha de contenidos en tus gafas solo moviendo tus ojos de un lado a otro, o moviendo los dedos de tu mano, en cuya muñeca tendrás una pulsera que estará integrada a estos mal llamados "lentes del futuro".

Este juguetito es lo que necesitaba Zuckerberg para darles vida a sus metaversos fallidos del pasado. Con los lentes, ahora sí, intentará darle sentido al mundo virtual que se propone monetizar. Su objetivo es trasladar lo que haces con el smartphone , pero desde tu propia "mirada del mundo", siempre con el elemento estimulante de la interacción virtual. Para ello, tendrás tu propio holograma, es decir, tu yo digital en el mundo virtual. Entonces, en vez de pedir una gallina por delivery con tu celular, tu holograma podrá ir al mercado de Quinta Crespo virtual y encargar el emplumado.

Luego, en los siguientes minutos, podrás contemplar el tepuy Roraima en el estado Bolívar. Todo será virtual. El mundo real lo sentirá como una fantasía atrasada y sin oportunidades. Realmente no estarás en ningún lado —a lo sumo, en la sala o en el cuarto de tu casa—, pero tu cerebro sí creerá que fuiste primero al mercado y luego te diste un paseíto por la Gran Sabana. Lo que sí será muy cierto es el pago que hagas por la gallina o por el recorrido del Churún Merú.

Todo esto parece ciencia ficción, pero no lo es. Es el futuro, más real que virtual, que nos promete el dueño de Meta, que hoy controla digitalmente la atención, las creencias y los gustos de millones de individuos homo celularis a través de Facebook, Instagram y WhatsApp.

Afortunadamente, las lentes están en fase de prueba. En una primera etapa, no serán accesibles para el común, pues serán caros. Sin embargo, Meta procurará que el acceso a estas lentes sea un hecho popular, casi como comprar un bombillo en la tienda de la esquina o similar a tener ahora un celular inteligente, que en los tiempos de nuestros abuelos era impensable.

Por el momento, y ojalá continúe así, este invento no se vislumbra como algo necesario para vivir, sino como un escape de tu propia realidad y una vía para creerte excéntrico y especial. De hecho, en la primera fase será para quienes quieren vivir "algo irrealmente distinto"; para olvidarse del mundo real.

De todas formas, creo que estas lentes no serán para nosotros los adultos, ni mucho menos para los de la tercera edad. Mark prepara el terreno para competir por la atención de la generación de relevo hiperconectada, conformada por jóvenes y niños que hoy quieren todo el día ensimismo pasarados con el teléfono celular en las manos, siendo adictos a este nuevo opio del siglo XXI. Son los jóvenes quienes conforman la nueva especie homo celularis , propensa a ser más automática y menos humana.

En ese contexto, esas lentes de Zuckerberg querrán presentarse como el próximo paso de una supuesta posmodernidad. Mientras tanto, los de esta época luchamos para que la nueva generación valore el acto terrestre de mirarse a los ojos y compartir presencialmente las vivencias, con sus pesares y alegrías.

El reto está en hacer que la nueva generación aprenda el valor de la interacción humana, que la practiquen a diario para que la interacción virtual (con celulares y lentes mediante) sea un juguete de a ratos, apenas un accesorio de la vida real, y no al revés.

Ojalá ese sea el verdadero futuro sin celular y no el que plantea Zuckerberg. Se vale soñar, ¿no?

 

Manuel Palma


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